14 de octubre de 2006

CHARGENDARSTELLER

»Este es un buen lugar para que se te abra el mate. Acá cada dos por tres cae una bomba. Porque las cosas que suceden una vez suceden siempre, para siempre. Por eso las bombas aquí caen eternamente.
«Berlin-Ostbahnhof. Cualquiera que ande queriendo encontrar o perder algo acaba en una estación de trenes. Hangares frígidos donde esas robóticas lombrices solitarias del vientre del mundo descansan un poco, abren las branquias, bufan, relinchan, se impacientan, bostezan, mientras los dioses cargan y descargan esa carne carísima.
«Luego de observar durante horas estas plataformas como pésimas metáforas de la vida misma, el ojo se asquea, se arrepiente de todo y pega la vuelta en dirección contraria. En el preciso momento en que entiende que no hay dirección contraria posible cae la bomba –eterno retorno- y el ojo perdigón se desperdiga, se expande, y cada esquirla del mirar da con el caldo de cultivo, el espacio donde habitan las imágenes, las figuritas que queremos, los entes imprecisos que nos empeñamos en llamar personajes.
«Y –ajustando las tuercas de la relación figura y fondo– quien te dice que ese todo ululante, ese escenario y sus aliados invisibles, las callecitas del Nikolaiviertel, la Torre de la Televisión, los ejércitos pardos bajo los tilos, el Neptuno de la Alexanderplatz, el monumento doble de Marx y Engels, los vidrios rotos, la Isla de los Museos, los hermanos von Humboldt, el bandoneonista al borde del Spree, todas las postales nuevas y viejas; resumiendo, repito: quién te dice que ese todo –redescubierto en un momento de explosiva, de centrípeta sorpresa– no sea sino ella, el mismísimo personaje central: la ezquizo, la puta de las tropas de dos continentes, la judeo-hugonota, la exterminada para siempre, la maquillada capital del Cuarto Reino.
«Solemos buscar el origen de las cosas porque nos parece que así comprenderemos algo. Más tarde comprendemos que jamás comprenderemos del todo nada.
«Que alguien lo diga de una vez: uno se remonta al comienzo de algo sólo para poder controlarlo.»

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